sábado, 20 de junio de 2009

Peña se murió.


Cuando lo puteo a Peña por el tendal de tristeza que se esparció en éstos días por todos lados, en realidad no lo estoy culpando por haberse muerto, porque la tristeza parte en realidad de nosotros mismos. Porque es así cuando alguien querido se muere: perdemos su referente y el abismo de la incertidumbre, que ésa persona nos ayuda a tolerar, se torna entonces insoportablemente vívida. Y se nos hace evidente nuestra propia finitud. Lloramos por nosotros, no por el que se ha ido, que bien muerto está y no, como pretenden los necios de la liviandad, cagándose de risa en el cielo, en este caso Peña, burlándose de los honores y necrológicas dedicados a su memoria.
Peña hizo bien en morirse, porque así lo quiso Él y el destino. Se cansó de prodigar tanta luz a una sociedad de mediocres como nosotros y nos abandonó para que de una vez por todas tengamos los huevos suficientes para afrontar a la vida tal como es, despojada de sentimientos hipócritas y de fabulaciones existencialistas, para que en el breve instante que se nos ha otorgado en este mundo, tratemos de hacer por nosotros mismos las cosas de la mejor manera posible.
Yo, por lo pronto, me pondré a dibujar y a escuchar algo de buena música. Y a agradecer silenciosamente que existan tipos como Fernando Peña, que siempre arrojan algo de luz y de alegría a nuestros oscuros y tristes senderos.

miércoles, 17 de junio de 2009

La puta que te parió, Peña! estás dejando un tendal de tristeza por todos lados!


Dijo Carlos Rúa"El Loco de la Colina":

"Se puede morir de dos maneras:
Una porque nos ha llegado la hora.
La otra porque nos han crecido las alas de manera intolerable.

dedicado a Fernando Peña."
foto de mi sobrina Alma